Este lugar pretende divulgar la obra grabada en linóleo de Pablo Picasso desde un punto de vista didáctico al mismo tiempo que riguroso

jueves, 30 de agosto de 2012

Planchas superpuestas

Recreación gráfica de las dos planchas dispuestas en su orden de tirada y entintadas para Vallauris Exposición 1954
Hay que distinguir dos modalidades de trabajo dentro de este procedimiento: el fondo homogéneo y el trabajo con más de una plancha. El fondo homogéneo es utilizado para evitar las líneas blancas; normalmente se elige un tono claro, en una versión más sofisticada y entonada de las primeras impresiones de 1952 sobre papel de color (estampas negro sobre blanco, negro sobre rosa, negro sobre amarillo, negro sobre naranja y verde sobre amarillo), puesto que el fondo homogéneo posibilita, al contrario que el papel coloreado, que la imagen esté rodeada por unos márgenes blancos donde se aprecia el papel de la impresión en estado virgen. Un caso especial será el que llamamos estampación inversa, cuando el orden de las tintas a la hora de la tirada comienza con la estampación de un fondo negro para superponerle un color mucho más claro (blanco, beige, rosa o marrón claro). 1954 será la primera vez que Picasso trabaje con dos planchas, contraponiendo y fundiendo formas y colores, haciendo que el supuestamente simple motivo de un jarrón cerámico se convierta en un auténtico ejercicio cubista de simultaneidad y prolijidad de vistas. Vallauris Exposición 1954 utiliza dos planchas, la primera para el verde y la segunda para el negro, estampadas una tras otra para crear la forma de un jarrón que contiene a otro jarrón, tal y como aparece en las cerámicas del momento, donde muchas veces una vasija cerámica nos muestra, pintada, otra vasija. No sólo se podría hablar de la obra dentro de la obra, sino de la técnica dentro de la técnica, o de los procedimientos dentro de otro procedimiento (el grabado que muestra una cerámica que muestra una pintura y anuncia una exposición de la obra). Otro de los primeros trabajos, en 1956, con dos planchas, Mujeres en su aseo, donde los juegos de tono y color se llevan todo el protagonismo en una precioso conjunto de marrón y negro vivificados por unos toques maestros de blanco, tiene la peculiaridad de que existen más pruebas de las planchas por separado que superpuestas. Aunque con grandes aciertos, la técnica de la superposición de planchas da lugar a imágenes donde los diferentes colores no terminan de relacionarse adecuadamente, como en el cartel para la exposición de Céret de 1958, donde los rojos de los vestidos no se integran adecuadamente en las figuras de los bailarines de sardana. Los dos grandes ejemplos de esta problemática serán Retrato de muchacha según Cranach el Joven II, con cinco planchas, y especialmente Retrato de Jacqueline en el sillón, con otras cinco. Los distintos colores no terminan de crear planos, sino una multitud de líneas yuxtapuestas y superpuestas, algunas veces con gran confusión. A partir de entonces Picasso trabajará con tintas opacas, que no permitan mezclas no deseadas, y buscará otras técnicas de realización.

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