Este lugar pretende divulgar la obra grabada en linóleo de Pablo Picasso desde un punto de vista didáctico al mismo tiempo que riguroso

martes, 5 de junio de 2012

Linoleografía 1966


Rafael Pérez Contel (1909-1990) es uno más de los olvidados artistas españoles protagonistas de esa intrahistoria unamuniana jamás redactada. Nacido en tierras valencianas, a su trabajo como dibujante, grabador, pintor, cartelista y escultor sumó su título de profesor de dibujo. Tras su estancia en Madrid a principios de los años treinta y su contacto con las vanguardias, fue cofundador de la Unión de Escritores y Artistas Proletarios, y esas preocupaciones que aunaban sociedad y arte lo llevarán también a militar durante la Guerra Civil en la Alianza de Intelectuales Antifascistas. Tras acabar los grises del cuadro de Picasso Guernica transformándose en el negro de los días de una nación, Pérez Contel cumplió condena hasta 1942, por rebelarse ante el desastre de la guerra armado con un pincel, y no conseguiría volver a su cátedra de dibujo, robada como el pasado y el futuro de muchos ciudadanos, hasta 1952, pudiendo entonces desarrollar su labor docente en Játiva y Valencia hasta su jubilación, fomentando esa educación por el arte en la que creía antes de los disparos y después de la sangre. Fruto de esa pasión artística y humana es el libro Linoleografía. Expresión gráfica con linóleo, que recoge las antiguas preocupaciones de la escuela de la Segunda República y las modernas recomendaciones de la Unesco. Publicado en 1966, contó con el apoyo y el prólogo de Luis Alegre Núñez (1918-1969), a la sazón director y catedrático de grabado de la escuela de Bellas Artes de San Fernando en Madrid; en los mismos agradecimientos a la dirección del Instituto por las facilidades y estímulos a la práctica docente, el propio Pérez Contel subraya cómo ese apoyo ha permitido el intercambio de trabajos de nuestros alumnos con los de igual nivel del Japón, Alemania, Inglaterra, Francia, Italia, Egipto, Uruguay, etc. Con maestros como Simeón Omella, Patricio Redondo, José de Tapia o Ramón Costa en el exilio, Pérez Contel enseña en ese huero páramo cultural llamado España inventando el presente, recomendando utilizar las varillas acanaladas de los paraguas estropeados para fabricar una gubia. Del libro se tiraron en la Imprenta Hijo de Ricardo Mateu de Játiva veinticinco ejemplares en papel Lito y Registro y seiscientos en papel Lito de edición y de Estraza, reproduciendo doscientos treinta y tres grabados al linóleo realizados por los alumnos.

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